Programa de promoción de la salud infantil y adolescente en niños camboyanos con alto riesgo sociosanitario

Descripción del proyecto:

PSE, es una organización sin ánimo de lucro que actúa en Camboya. Su principal objetivo es ayudar a niños y familias en situación de riesgo, abandono, maltrato, desnutrición, pobreza o explotación.  Por la Sonrisa de un Niño (PSN) es, desde 2005, la filial española de la ONG francesa Pour un Sourire d´Enfant (PSE) cuya directora es la psicóloga Marisa Caprille. Ambas trabajan de manera conjunta ofreciendo nutrición, atención médica, protección, escolarización y formación profesional a niños y jóvenes de los basureros y barrios más pobres de Camboya.

Yo participé como coordinadora del viaje desde la Universidad donde trabajaba como docente en la Facultad de Medicina , y con la participación de alumnos de ciencias de salud, entre ellos, estudiantes de medicina. Participamos en el proyecto  Summer Camp PSE que se desarrollan durante los meses de verano y cuyo objetivo es acoger durante las vacaciones escolares a estos niños en grave riesgo sociosanitario con el objetivo  principal de evitar su participación en las actividades que ponen en peligro su vida.

El fundamento de nuestras actividades que se desarrollamos se basó en nuestra firme creencia de que la educación es fundamental para sacar a estos niños de la pobreza. La educación es la mejor arma para vencer a la pobreza en todos los sentidos de la palabra. Sin embargo, saber leer, escribir y contar no es suficiente para salir de la misma. Estos niños y jóvenes son la mano de obra de sus familias y necesitan tener un oficio que les permita conseguir ingresos. PSN/PSE ha creado escuelas de formación profesional y un programa de ayudas alimenticias a las familias que, al tener la comida asegurada (3,5 kg. de arroz por niño a la semana), les permiten asistir a las clases. Son estos programas los que consiguen que PSN/PSE sea una auténtica máquina de destruir miseria.

Valoración personal de la experiencia:

Es una oportunidad para reflexionar sobre alguna de las dimensiones del desarrollo del ser humano: aspectos relacionados con la salud, educación, derechos humanos, hambre, pobreza, conflictos bélicos, etc. El aprendizaje en nuestra profesión está basado en una gran carga teórica, pero debemos ser capaces, al mismo tiempo, de aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a ser. Aprender a conocer el mundo del que formamos parte. Somos la Generación que puede cambiar y erradicar el Hambre en el mundo, dicho así suena muy ambicioso, pero es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, puestos en marcha en el año 2000 por las Naciones Unidas. Este compromiso está en actitudes y acciones como la que desarrollé también en el año 2007-2009 en Perú, 2009-2010 Sierra Leona y 2014 -2015 en Camboya. Pequeños-grandes gestos con repercusiones directas en el consuelo de los más afligidos y en la educación de los más pequeños. Aprender a hacer: El gran esfuerzo que implica estos viajes y la perseverancia que exigen, hacen que esta reflexión se haga realidad. Aprender a ser: No solo tenemos una responsabilidad personal en el desarrollo de nuestra profesión sino que también una responsabilidad y un compromiso cada vez mayor con nuestros pacientes.

Por eso, hacer voluntariado implica ser solidario que consiste en:

• En realizar una labor socialmente responsable, una labor no tanto puntual sino constante, una labor tanto en el entorno más próximo a nosotros como fuera y lejos de él sin considerarlo una aventura de verano…
• En comprometerse tenazmente con los más necesitados, un compromiso no encomendado sino voluntario…
• En ser consciente y responsable de que la información que se transmite, será la información que crezca dentro de un grupo social que a su vez los transmitirá a otro y que les generará esperanzas para cambiar la situación en la que viven…
• En sin imponer, sin exigir, intentar hacer que se tome conciencia de que la realidad en la que viven es potencialmente modificable…
• En escuchar sin juzgar ideologías, credos y religiones…
• En intentar inculcar buenas costumbres por medio de la educación…
• En  aprender la importancia de considerar al paciente como un ser humano, que necesita de nuestra atención y ayuda y llevar a cabo este modus operandis en nuestro día a día, no sólo en las actividades de voluntariado como norma.
• En aprender valores muy necesarios nuestra profesión, como la generosidad, la honradez y la humildad.
• En aprender la importancia de la simple actividad de apoyo al paciente  y la aportación de cariño que tanto precisan.
• En aprender y no olvidar ser solidario.